No se pare solo una vez en la vida.............

Qué es parir? Cómo es parir? Duele parir? Cuánto se demora en parir? Tenés depresión después de parir? El hombre debería parir? Después de parir, nunca más paso por ésto?!?!?!Qué hay de las que vuelven a parir, están locas? Y las que paren después de muchos años de haber pasado por ese momento? O de las que nunca pudieron engendrar pero quieren a toda costa pasar por ese único momento...
Más qué pasa cuando después de muchos años te das cuenta de que tengas la cantidad de hijos que tengas seguís pariéndolos todos los días por igual, y a veces el dolor es mucho mayor?
La sensación de parir es sumamente rara, es tocar el umbral físico, llegar al límite o por lo menos aceptar que llegas a el, creer que vas a reventar, que tu cuerpo se abre por dentro, y estás sola aunque a tu lado se encuentre la mano de quien amas, o la de aquella persona que siempre está, o tal vez de aquella otra que nunca conocistes ni conocerás.
A partir de ese momento único ya no volvemos a ser las mismas, y apostamos a más...., aunque a veces aflojemos, volvemos a tomar aire para pujar con más fuerza para ayudarlos a caminar.

lunes, 3 de marzo de 2014

La bronca con mis hijos


De la impotencia a la bronca solo media un instante. Es tanta la indiferencia y la diferencia de pareceres que pueden darse entre hijos y padres que supera cualquier grado de intelectualidad. Si hasta nos podemos volver seres primitivos con solo hacer vibrar las cuerdas vocales, cual una opereta de contrapuntos de voces que son solo gritos de dolor. Dolor por la ausencia, la carencia y la ineptitud tanto de uno como del otro lado para lograr comunicarse.
Enfrentarse a los cambios del otro junto a los propios no es fácil. Tener que oficiar de juez entre edades tan disímiles como 10, 14, 15, 17, 19, 20 todos conviviendo en un departamento de 3 ambientes con un perro y dos gatos incluidos, es una ardua tarea.
Todo el abanico de la adolescencia desplegado delante de uno, como si fuera una gran ola que  cubre solo con su presencia toda mi identidad, ola de la que solo se puede salir indemne con mucha suerte, porque ya salí hace tiempo del remanso. De poder zafar seguro que entro en zona de rápidos para que en cualquier momento me vea dentro de la garganta del diablo, re GTA como dicen ellos.
Me encuentro entre tres tipos de adolescencia la pre de los más chicos, la propia de los del medio más una tercera, mi menopausia y la andropausia de mi marido. Un combo explosivo, con muchas hormonas en ebullición y una gran dosis de amor para seguir aprendiendo a vivir.
Pero más allá de todo aprendo a verlos como individuos ante todo, que buscan identificar su lugar en el universo, cosa que no es fácil para ellos ya que hay una sociedad voraz que está urgida por identificarlos, ubicarlos y encasillarlos.
Hay fundamentalmente muchos cambios propios de la edad pero también de la evolución misma de la sociedad que va a un ritmo tan acelerado que apenas como padre se puede llegar a digerir. Si estás actualizado llegas a sondear otras posibilidades de vínculos lo que te pone un poco más a tono al momento de establecer un diálogo con ellos. Pero sino fuiste…
Entre los tatoo´s, los piercing´s, la violencia, el acceso ilimitado a Internet, a las drogas, el alcohol más toda una marea de consumo que viene a confundir y a formular nuevos planteos sobre el destino de nuestras vidas, vemos como nuestros hijos ponen en práctica una perspectiva formada desde su propia subjetividad la cual se fue estableciendo a medida que fueron creciendo a través de la observación en silencio de los actos y actitudes ya sean buenos o malos de nosotros, sus mayores.
Entonces es lógico que surjan enfrentamientos, pues a veces como mayores vemos más allá del bosque, PERO no leemos el mensaje que nuestros hijos nos están planteando en el trasfondo de la discusión; así es que debemos amigarnos, no ser tan exigentes. Aprender a ser firmes y no prepotentes es un deber, pues significa respetarnos a nosotros mismos y a ellos como seres independientes.

Hay palabras como “nunca” o “siempre” que distancian y humillan, no justifican ni solucionan nada y lo que debemos lograr es generar conductas positivas que nos lleven a un equilibrio emocional no solo personal sino también familiar.

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