De la mano
de la clarividencia, la buenaventura ha pasado de generación en generación como
un rito sombrío y clandestino, practicado por ciertos grupos étnicos para
buscar la verdad sobre las angustias del espíritu humano. Este es un oficio milenario, y según
algunos entendidos data de 2000 a 5000 años antes de Cristo.
Hindúes,
chinos y egipcios han confeccionado tratados sobre la lectura de las manos. En
algunos pasajes de la Biblia se hace alusión a la predicción como ciencia oculta
de práctica popular permitida solo a ciertas gentes. Ver como ejemplo Ezequiel
21,21: “Porque el rey de Babilonia se paró en una encrucijada al principio de
los caminos para tomar adivinación: Acicaló saetas, consultó en ídolos y miró
el hígado. La adivinación fue su mano derecha…
El embrión
de éste arte surge en el corazón mismo de una noción filosófica-religiosa entre
las deidades hindúes y griegas. El uso de nombres de dioses dados a los montes
de las manos es asignado a la astrología.
Cada una de
las líneas principales de las palmas, la de la vida, la de la cabeza, y la del
corazón están correspondidas por tres dioses. El primero gobierna la
existencia, el segundo el mundo abstracto y el tercero las pasiones. Esto se ve
expresado en las leyes de Manú y en los himnos védicos de la India, también en
el texto con letras de oro supuestamente fue encontrado en el altar de Hermes
en Egipto, en el libro de Thoth, dios de la muerte y en los arcanos del Tarot.
Los griegos
a través de Aristóteles, Platón, Anaxágoras y Tolomeo ahondaron en estos conocimientos.
Redactaron varios escritos sobre esta práctica. Aristóteles dedico uno de esos
tratados a Alejandro Magno con el título de Chiromantia del griego (Khéir,
“mano”) y (manteía, “adivinación”).
La
traducción de las líneas de las manos que hacen los occidentales se diferencia
a la de los chinos que combinan los exagramas del libro de las mutaciones, I
Ching, donde cada uno de los ocho exagramas coincide con las ocho zonas de
montes y depresiones. Ambos métodos pueden llegar a los mismos resultados en
cuanto a especificar el carácter o presagiar el porvenir.
Hay tres
diferentes ramas de estudio de las manos, a saber: con la Quirología se examina
el aspecto interior de las palmas pudiendo ser aplicada como terapia de apoyo
en medicina y psicología.
En la
práctica de la Quirosofía se las observa bajo la aplicación del conocimiento
filosófico y el contexto del discernimiento del individuo. En consecuencia la
quirosofía es el resultado del saber empírico de muchos siglos aunque sin un
aval que lo acredite
Por último
la tercera rama, la Quiromancia, es
propiamente dicha la predicción anticipada del destino mediante el análisis
exhaustivo del aspecto particular de la mano, ya que los rasgos, signos y
formas son propios de cada persona.
En la lectura se podrá ver el pasado, el presente y el futuro, se logrará
distinguir lo espiritual, lo psicológico
y lo orgánico de una persona. No se verán reflejados hechos externos, como por
ejemplo si va a ganar la lotería. Tampoco hablara de las personas que rodean al consultante.
Cada mano tiene una grafía diferente tanto en la palma como
en el dorso. La forma, su gestualidad, su flexibilidad, su temperatura, el
color, los dedos, el tipo de uña, la forma en que están cortadas, como también
las líneas y los diferentes signos en ellas van a dejar al desnudo la esencia de su
dueño.
La complejidad como
así también la singularidad en el número de líneas y características generales
en las distintas razas étnicas no son para todos iguales; dicho hecho fue objeto
de estudios antropológicos, los que determinaron que quienes tenían en promedio
un mayor número de líneas eran los de origen asiático en particular los chinos.
Los africanos le continúan con el tamaño y la forma de la mano, siendo éstos totalmente
diferentes a las otras razas. En tercer lugar le siguen los blancos
occidentales con menor número de líneas; cabe destacar que dentro de ésta comunidad
humana se encuentran los judíos con manos delgadas, suaves y blandas. Datos
interesantes a la hora de interpretar la palma de un sujeto.
Determinadas características personales de las palmas de las
manos a lo largo de la existencia humana se mantienen, otros trazos con el correr de los años
se irán desdibujando.
El amplio
entendimiento de las líneas y sus uniones nos hará saber que las mismas son
como las letras de un abecedario que van formando palabras y al combinarlas
entre sí surgen las oraciones que plasmadas en una imagen, nos revelan un ideograma.
Las manos de un individuo son distintas
entre si, la izquierda deja ver el pasado, es considerada como la línea
materna; por la mano derecha se estima que es la línea paterna representando el
presente y también el futuro de su poseedor.
A modo de
conclusión éste artículo solo pretende mirar desde otro lugar la cuestión, dejar
de lado la superstición y vislumbrar la comprensión de una disciplina para usos
ilustrativos, que si es aplicada con seriedad y honestidad puede llegar a
ayudar positivamente.
Así como en
el mundo no hay dos huellas digitales iguales, verdad que ya nadie discute pues
ayuda a identificar a un individuo, también el lenguaje de los signos que
aparecen en las manos, servirá para conocer anticipadamente los hechos respecto
a una persona en relación con su pasado y el futuro inmediato, lo que permitirá
orientarla.
Nancy Vaccari Allerborn.